jueves, 16 de abril de 2009

Etapa 12: Barcelos - Valenca de Minho. La etapa por excelencia del camino portugués

DATOS
Hora de salida: 8:17
Tiempo  total: 10:04
Km:  66.4
Tiempo pedaleando: 6:05
Velocidad media: 10.9
Velocidad máxima: 55.9

CRÓNICA

Esta etapa lo tiene todo para ser considerada la etapa reina de este camino. Tiene el puerto más duro que he subido en un camino de Santiago, los paisajes son los más bellos de lo que hemos recorrido hasta ahora, los pueblos de paso son pueblos con mucha historia... Y además, es la etapa que nos deja de vuelta en España, o en nuestro caso, a menos de 1 km de la frontera.

El día empezó jarreando, tanto, que hubo que plantear la estrategia desde el principio... Vamos a avanzar, así caigan chuzos de punta!

Así que, chuvasquero completo y ha recorrer km... Cuando paraba de llover y se empinaba la carretera, a quitar el chuvasquero, cuando empezaba llover, ponerse el chuvasquero... En total unas 10 operaciones de quita y pon.

Por diversas circunstancias, casi la primera mitad de la etapa de hoy la hicimos por separado, y la verdad es que me recordó muchísimo a mis travesías en solitario del camino francés en la entrada a Galicia. Llovía, pero eso le daba un encanto especial al camino, oir caer la lluvia es uno de los sonidos más relajantes que hay.  Cuando escampaba se oía cantar los gallos en las casas cercanas, los pájaros... En definitiva, una delicia para los sentidos.

Además de la señalización perfecta, ahora abundan las referencias al camino en el nombre de las calles, iglesias, etc, lo cual, como peregrino te hace sentir cerca de "casa".

Llegados a Ponte da Lima, y tras una rápida visita al pueblo, cruzamos el puente milenario sobre el río Lima y avanzamos lentamente, bajo la lluvia y por unos pasadizos muy resbaladizos y con grandes balsas de agua. Ahí nos encontramos a padre y niño portugueses de vuelta, ya que las condiciones para el niño eran muy duras. Habían salido de Oporto, y llegaba la hora de abandonar. Ahí también, santos se quedó bloqueado en medio de una balsa y acabó con los pies encharcados para el resto de la jornada.

Los caminos y muchísimos tramos de empedrado se sucedían por parajes de espectacular belleza, que al menos permitían disimular el nerviosismo por la cumbre desconocida y las negras nubes amenazantes.

Cruzamos tras el puente de una autopista para luego remontar el río Labruja, que recibe el nombre de la cumbre a ascender. El escenario es incomparable, con el sonido del agua de fondo, en plena naturaleza salvaje y avanzando lentamente, metro a metro.

Tras fuertes subidas que nos elevaban 15 metros, venía una suave bajada que nos descendía 10 metros... Así durante varios kilómetros, lo cual hacia crecer la tensión de la jornada.

De repente, un par de fuertes rampas ya nos sitúan en los 170 metros de altitud, de los 390 a ascender... Y ya una tercera por un resbaladizo empedrado, que nos obliga a echar pie a tierra.

A partir de ahí una sucesión de subidas tendidas y petadas de empujing que nos dejan a 250 metros de altitud.

Hasta ahí un puerto normal... Pero es en ese momento donde Labruja empieza a mostrar su dureza. El ascenso hasta los 290 metros requiere darlo todo empujando la bicicleta, con varias paradas para tomar aire. Rampas similares a la canda, donde cada metro ascendido es trabajado.

Ahí un respiro ya que se cruza una pista. Bonitas vistas, pero al otro lado de la pista, más!!!

Santos se adelanta mientras yo que quito el chuvasquero ya que estoy sudando la gota gorda... Y al rato oigo por el walkie... "vente, que esto hay que subirlo entre los dos... Hay que hacer escalada!"

Al avanzar las 2 primeras rampas, encuentro tirada la bicicleta de santos, sin alforjas! Las había subido porque no podía con todo por esos escalones de piedra que allí había. Después bajo y subió la bicicleta a la espalda!!! No es una forma de hablar, es literal!!!

Como mis alforjas ocupan menos en el lateral, mal que bien fui subiendo la bici a pulso por los grandes escalones, exhausto, sin aire, y sudando a pesar del frío que hacía. Pero el mazazo vino cuando todo este esfuerzo nos había dejado aún en los 325 metros de altitud.

El resto de la ascensión fue en la misma línea. Pendiente descomunal, terreno resbaladizo, mojado y con grandes saltos de piedra, y subir prácticamente a pulso las bicicletas, peleando cada metro hasta los 390 metros que tiene el puerto!!

Eso sí, merece la pena divisar desde lo alto el valle del lima y "escuchar" el silencio absoluto. Cuando llegamos allí, los dos teníamos claro que este puerto es el más duro que "empujamos" jamás y que es el puerto mítico de este camino, como lo son el cebreiro y la Canda del francés y la plata respectivamente.

Desgraciadamente, la bajada, en mojado es demasiado peligrosa para disfrutarla como es debido, así que, paramos a celebrarlo con dos tragos de LC, que, tras todo el día comiendo plátanos y chocolate, se me subió bastante y me hizo pasar una bajada como si fuera en una "nube" jejeje.

Al final de la bajada nos encontramos con 4 peregrinos portugueses muy simpáticos que "nao acreditaban" que hubiéramos subido el puerto con las bicicletas jejeje.

Después continuamos bajando por junto el albergue de Rubiaes, que es espectacular, para volver a subir al santuario de San Bento (san Benito) donde ahora su, se desciende desde casi 300 metros a unos 50 en una bajada perfecta, en el punto de dificultad justo para disfrutarla tanto los que bajan tranquilos, como nosotros, que lo que se dice tranquilos, no bajamos!

Y así hasta 7 km antes de valenca donde santos, que llevaba todo el día arrastrando problemas de rozaduras, decidió abandonar los empedrados y bajar por carretera.

Ahora estamos en el albergue de Valença, donde estamos solos en un fantástico albergue, espacioso y moderno. Para despedir bien a Portugal, fuimos a la Fortaleza a cenar un buen bacalhau, y a prepararse para mañana entrar en tierras galegas.  

REFLEXIÓN

Avanzando desde Oporto hacia el norte, pero especialmente desde Ponte da Lima, uno se da cuenta de lo arbitrarias que son las fronteras políticas entre países. Yo, siendo gallego, no sería capaz de decir, en los casi 70 km de hoy si estaba en Portugal o en Galicia.

Nadie vea en esto un alegato independentista y muchísimo menos reintegracionista de Galicia, pero no deja de ser cierto, que en un mundo globalizado como en el que vivimos, las fronteras naturales siguen siendo tanto o más fuertes que las artificiales o políticas.

MAÑANA:
Después de 12 días, llegamos a nuestra tierra. Hemos atravesado Portugal de sur a norte durante más de 800 km y mañana, en menos de 1 km, estaremos ya en Galicia.

Sospecho que seguiremos utilizando el chuvasquero... Pero lo cierto es que ya nos hemos acostumbrado, y lo llevamos relativamente bien.

Espero que está noche santos se reponga y mañana pueda disfrutar plenamente de la etapa.

Boa noite desde Portugal, et ultreia et suseia!

2 comentarios:

Pedalseronia dijo...

Pues se os acabaron los desayunos, para nosotros tambien fue una etapa muy dura, y desde luego tuvimos la suerte de que no nos llovió, así que doble esfuerzo.
Suerte, que los gallegos ya jugais en casa.

Anónimo dijo...

Marcos:
respecto a las fronteras te diré algo de un cantautor uruguayo que ya gano un Oscar por su tema:"al otro lado del Rio": Jorge Drexler. En otro tema muy bueno dice: "Las fronteras se mueven como las banderas..." Felicidades!!!!
Un abrazo, Cristina Mezquita