sábado, 10 de septiembre de 2011

Etapa 2: Betanzos - Santiago de Compostela (EPILOGO)







Amaneció el segundo día de peregrinación… la verdad es que se hacía raro estar en el segundo día y pensar que, en unas horas íbamos a pisar O Obradoiro y ver la Catedral, pero es inevitable tenerlo presente desde el primer minuto.



Amaneció temprano y bastante dolorido el cuerpo. Las colchonetas de gimnasio están pensadas para estar 10 o 15 minutos sobre ellas haciendo abdominales u otros ejercicios, pero desde luego, no para dormir cómodamente. Son duras, muy duras… demasiado duras… así que solo hay una postura posible: dormir boca arriba. A mi esa postura, me cuesta!



Fueron otros 75 Km que empezaron con amenaza de lluvia y que poco después de la salida dejó de ser una amenaza para ser una realidad.


La salida de Betanzos sigue la misma tónica que la etapa anterior… fuertes subidas seguidas de fuertes bajadas que me hicieron echar de menos ese “tranquilo” ascender pirenaico de 30 km seguidos y un desnivel acumulado de 1500m. Aquí subimos 100m de desnivel, pero en poco más de medio km, para luego perder 90 metros en otro santiamén.



Una vez adentrados en el ayuntamiento de Abegondo, empezó la lluvia… suave pero que cala hasta los huesos… y, de paso, el camino empezó a ser más bonito. Más incómodo por la lluvia, pero más bonito porque la proporcion de camino y asfalto era ahora claramente faborable a la tierra… circulando por bonitas corredoiras donde empezábamos a disfrutar a pesar de todo.



La lluvia fue arreciando hasta que en Vizoño, tras adelantar a un grupo de peregrinos decidimos esperar a que escampara con un buen desayuno en el bar del pueblo. Un bar que podría estar en cualquier otro lugar de Galicia, con sus personajes y sus conversaciones… “Disque o manolo devolveronlle todas as patacas que lle comparan… eso son moitos cartos de nuestro señor!” J



A la salida, había amainado un poco, para finalmente desaparecer la lluvia… justo a tiempo para abordar lo que en mi GPS se veía como un muro vertical. Eran apenas 2 Km… pero daba miedo! La primera parte era en asfalto y de un 18% aproximadamente que se iba llevando. Después la tierra con un 21%, también la vencimos… pero el 24% ya era demasiado para el cuerpo… y echamos pie a tierra.



Lo mejor de todo, es que esta fuerte pendiente nos dejaba en otro “mundo” diferente… nos dejaba cerca de Bruma (donde estaba planeado haber dormido)… pero sobre todo, nos dejaba en un etorno donde las subidas y bajadas eran mucho más suaves… y los caminos se disfrutaban al máximo!



Un poco más adelante, llegamos a un pueblo llamado Poulo (cerca de Ordes) donde paramos a reponer fuerzas. Este bar es el único que hay después de Bruma y lejos del siguiente (SIgueiro), por lo que se supone que la afluencia de peregrinos debe ser habitual… pero me da a mi que no terminan de ver el tema del “camino”… A la entrada un cartel ya anima a abstenerse entrar peregrinos con mochilas y chuvasqueros mojados. Vamos, que si llevas el chuvasquero pero este está seco (o sea, eres peregrino y tonto)… puedes tomar algo allí… sino, pues no. Segundo punto… no hay ni comida caliente ni bocadillos calientes (quien querria algo así!!!!)… y tercero… tenían pan para hacer exactamente 2 bocadillos y un grupo de BTTeros que vinieron por allí, se quedaron sin comer… Sin comentarios!!!



Por cierto que nos quedó bastante mal cuerpo cuando nos comentaron que esa misma mañana, allí mismo, enfrente del bar, un grupo de peregrinos tuvieron un accidente entre ellos y uno tuvo que ir en ambulancia al hospital porque tenía un gran corte en una rodilla. Hasta ahí, uno puede imaginarse la escena… pero viendo que en el suelo había un charco de sangue (no unas gotas… un charco!)… un escalofrío nos recorrió el cuerpo!



La siguiente parada fue Sigueiro… para continuar ya hasta Santiago. La entrada a la Ciudad de destino es la menos “emocionante” de las que he recorrido. Se hace desde el polígono del Tambre, por el tanatonio y desde allí ya por el centro de la ciudad… sin un punto alto desde el que ver las torres de la catedral ni nada que se le parezca.



Ya en el Obradoiro, el ritual de ir al centro de la plaza para girarnos a ver la Catedral.



Esta vez, aunque contentos y felices de haber hecho un camino más (mi 4º, el 3º de Santos), lo cierto es que tampoco nos embargaba la emoción de otras llegadas. Se aprecia más lo que más cuesta conseguir… y aunque el camino no es sencillo, solo fueron 2 días. Poco tiempo para sumergirse en la espiritualidad del camino.



Dado que no tenemos derecho a Compostela por haber recorrido menos de 200km y que nuestro destino era Finisterre y Muxía, sin pararnos demasiado fuimos hacia la Alameda donde paramos a tomar un par de Gin Tonics para terminar de acordar la decisión final.



Esta decisión era… continuar pedaleando hacia Negreira, quedarnos en Santiago y salir a la mañana siguiente…



El tiempo amenazaba lluvia y las previsiones para el día siguiente eran de fuertes lluvias en la costa por la mañana y bajando por la tarde. Por mi parte, el domingo es mi último día de disponibilidad por cuestiones laborales, con lo cual teníamos 1 día para llegar a donde pudiésemos llegar… y dado el histórico de estos días, parecía impensable poder hacer 120 Km en 1 día (90 a Finisterre + 30 a Muxía) y menos con lluvia.



Por otro lado, mi sueño era hacer ese tramo… por una vez, terminar en el fin del mundo… pero tampoco quería hacerlo en esas circunstancias, presionado por el tiempo, con esa climatología adversa que me impidiera disfrutar a tope de ese recorrido…



Así que, tras media hora de deliberaciones, la conclusión es que esta aventura moría aquí… en Santiago. Años habrá para completar el recorrido si el Apostol así lo quiere!!!!



Así que, como quien no quiere la cosa… arrancamos en sentido contrario por el camino Portugués, lavamos las bicicletas en una gasolinera y nos fuimos a casa de Santos a dar por finiquitada nuestro camino inglés.




EPILOGO:


Para mi este ha sido un camino descafeinado… no porque el entorno desmereciera, sino porque, como decía antes, 2 días no dan para sumergirse en el camino. Es como si te quitan el caramelo de la boca… aprecias que sabe bien pero no lo saboreas.



Estaba bien preparado físicamente, lo necesitaba mentalmente y me ha dejado a medias… estoy convencido de que un par de días más para llegar a Finisterre y Muxía habrían sido un complemento perfecto, pero no pudo ser por el tiempo cronológico. El tiempo meteorológico no habría sido problema de haber tenido más días para llegar a destino.



Pero como yo soy un optimista antropológico… siempre me quedo con lo positivo: He vuelto a vivir esas pequeñas aventuras con Santos como el baño nocturno en el mar picado de Cobas, conocimos el “albergue 5*” regentado por Pau (también 5*)… he descubierto el camino a San Andres de Teixido, conocido bonitas playas y pueblos, descubierto la Tortilla de Betanzos… y físicamente me he encontrado como nunca antes había estado. Seguramente haber entrenado de manera ordenada como nunca antes, tenga algo que ver J



Como siempre digo en estas ocasiones… ahora toca buscar otro puerto de destino…



Ultreia et Suseia!


1 comentario:

ytaca56 dijo...

Uffff menos mal, por poco me pierdo este camino. Como siempre gozoso de leerte, pero como el camino nos sabe a poco. Hasta el 2012, que ya esta ahi, ¿que camino caera?, es igual lo importante es que lo escribas y yo que lo lea. Utreia et Suseia